CONFLICTO HÍDRICO EN RUTAS 65 Y 70: INACCIÓN PROVINCIAL, DISPUTA ENTRE VECINOS E INTERVENCIÓN POLICIAL
- Redacción

- 29 sept
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Según informa “El Regional Digital”, el jueves 25 de septiembre por la tarde, personal municipal de 9 de Julio realizó tareas de limpieza en un alcantarillado ubicado en la intersección de las rutas provinciales 65 y 70, en el acceso hacia El Tejar y Carlos María Naón. La intervención fue solicitada por Vialidad Provincial (Jurisdicción Junín), que venía monitoreando el funcionamiento del paso de agua y detectó la necesidad de desobstruirlo.
Según explicó el secretario de Obras Públicas de 9 de Julio, Juan Pablo Boufflet, VIALIDAD NO CONTABA CON MAQUINARIA PROPIA, por lo que se pidió colaboración al municipio. “Hace como dos meses que venimos detrás de esta tarea”, señaló. La limpieza se realizó en la banquina de la ruta, dentro de lo que compete a Vialidad Provincial.
Sin embargo, tras finalizar el trabajo, se constató que el alcantarillado había sido tapado nuevamente de forma intencional. “Nos enteramos que un grupo de vecinos, que desconocemos, habían obstruido el paso del agua”, indicó Boufflet. Para hacerlo, se habrían roto señales de tránsito de la ruta 65, lo que configura un doble delito.
La situación generó tensión entre productores rurales de distritos vecinos, ya que el agua acumulada en la zona afecta campos de ambos lados. El camino hacia El Tejar (ruta 70) quedó tapado por el agua, mientras que del otro lado, hacia Naón, también se registraron anegamientos.
El viernes siguiente, Vialidad volvió al lugar para verificar los daños y realizar una nueva limpieza. Se dio aviso a la Patrulla Rural de 9 de Julio y Los Toldos.
Ese mismo día, Boufflet recibió a vecinos de Carlos María Naón, quienes reclamaron por la limpieza de un canal lindante a las vías, que ya pertenece al distrito de General Viamonte. “El primer tramo, unos 500 metros, tanto del lado de El Tejar como de Naón, ya es partido de Los Toldos. Nosotros ahí no podemos intervenir porque está fuera de nuestra jurisdicción”, explicó el funcionario.
También se planteó la necesidad de colocar tubos en un tramo del camino hacia Naón, donde el agua cruza y genera complicaciones.
Un conflicto recurrente
Este conflicto entre distritos vecinos no es nuevo. En los últimos 40 años, al menos cinco episodios similares han puesto en evidencia una realidad que se repite: ante la falta de obras estructurales, los productores rurales se ven obligados a improvisar soluciones desesperadas. Tapan alcantarillas, desvían el agua, enfrentan a sus vecinos. No por maldad, sino por supervivencia.
La Dirección Provincial de Hidráulica, responsable de encauzar los excesos hídricos mediante canales planificados, no ha ejecutado las obras necesarias. El Plan Maestro del Salado quedó inconcluso. Las obras secundarias también. Y mientras tanto, el agua avanza.
Las consecuencias no son solo locales. Las hectáreas anegadas no producirán por meses, afectando la economía regional, los empleos y los ingresos fiscales. El agua que no se canaliza correctamente es también agua que arrastra oportunidades, trabajo y futuro.
Es hora de que la provincia asuma su responsabilidad. No se trata de asistir con máquinas prestadas ni de derivar el problema a los municipios. Se trata de ejecutar las obras que corresponden, de coordinar entre distritos, de escuchar a quienes están en el barro todos los días.





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